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Conflictos en familia.

familia

Los conflictos familiares son los más habituales y los que suelen provocar mayor dolor, ya que sus integrantes no sufren por ellos mismo, sino también por las personas a las que quieren.

El conflicto en si no es bueno ni malo, lo intentamos evitar porque el modo en que habitualmente lo gestionamos no nos satisface, pero a diferencia de otros conflictos, los familiares son los más personales de todos y dependiendo de la cercanía y la continuidad de las relaciones familiares hacen más intensos dichos conflictos.

Las confrontaciones familiares afectan, como ningún otro conflicto además de la identidad de sus miembros, a la familia como sistema interpersonal, económico y social.

Todos los conflictos familiares tienen su historia y cada reacción de una parte determina la reacción de la otra. Como resultado, el nivel de tensión o intensidad de un conflicto no es estático y la tensión entre las partes puede subir o bajar durante el transcurso.

Creo oportuno clarificar los posibles niveles de conflicto:

 CONFLICTO NIVEL 1: Como consecuencia de una conducta aparece el enojo por parte de uno de los participantes de la interacción.Aparecen regañinas y llamada de atención por parte de los padres.La conducta se corrige, desaparece el núcleo del conflicto.
– Duración: corta (días a 1 semana)
– Intensidad: leve
– Frecuencia: alta mientras no se resuelve el conflicto

 CONFLICTO NIVEL 2: Aparecen llamadas de atención y regañinas donde se muestra la desesperación de alguno de los integrantes de la interacción.Los involucrados pueden mostrar su enojo con gritos.El núcleo del conflicto aunque es claro, no se resuelve por completo.
-Duración: 1 semana hasta meses.
– Intensidad: moderada.
– Frecuencia: moderada.

CONFLICTO NIVEL 3: Las regañinas se expresan a través de gritos y llantos constantes.Los involucrados empiezan a generar percepciones y emociones negativas respecto al otro.El núcleo del conflicto ya no se identifica con claridad.Acumulación de eventos conflictivos los cuales ya no se relacionan directamente con el origen del mismo.Cuando se hablan hay constantes quejas, criticas. Aparece una actitud defensiva.
– Duración: desde los 6 meses hasta años.
– Intensidad: alta
– Frecuencia: media.

CONFLICTO NIVEL 4: Los involucrados en el conflicto conversan poco entre sí o cuando lo hacen es sobre cuestiones superficiales.Aparecen actitudes de desprecio aunada a las críticas.Cuando pelean son discusiones con fuertes gritos y hasta golpes.Ya no es posible distinguir el origen del conflicto.Entre ellos sólo existen emociones y percepciones negativas.
– Duración: años (menos de 2)
– Intensidad: alta.
– Frecuencia: baja.

CONFLICTO NIVEL 5: Los sujetos involucrados en el conflicto se sienten abrumados al hablar entre sí.Los sujetos ya no están interesados en buscar una solución.Toman una actitud evasiva cada vez que se busca resolver el conflicto.Los sujetos ya casi no se hablan entre sí y si lo hacen discuten a cada momento.
– Duración: años ( más de 2)
– Intensidad: muy alta
– Frecuencia: muy baja.

 Antes de clasificar los diferentes tipos de conflictos familiares, es importante tener en cuenta para conocer mejor el porqué tienen lugar estas situaciones de confrontación y, poder ayudar a solventarlas, tener noción del Ciclo Vital de las familias (Klein y White, 1996) y en qué fase de este proceso se encuentran, ya que no es extraño que muchos de los conflictos surjan en los momentos de tránsito de una etapa a otra:
a) constitución pareja
b) hijos en edad de crianza
c)  hijos en edad escolar
d) hijos en la adolescencia
e)  hijos jóvenes/adultos
f)  hijos de mediana edad (independencia/nido vació ó en la actualidad nido repleto)
g) familia anciana (retirados)

  •  Tipos de conflictos familiares según los integrantes:

 1.Protagonizados por la pareja: son los conflictos que aparecen en la convivencia cotidiana; infidelidades; indiferencia muta; falta o deficiente comunicación, entre otros.

2. Los de red familiar: hace referencia a conflictos surgidos por la adaptación de la familia al modelo predominante de la sociedad. Observamos dos aspectos con mayor riego: a) cuando los roles de cada miembro de la familia no están bien establecidos, delimitados y son ambiguos y, por tanto no se ejercen las funciones que se esperan de tal rol, p.ej: un padre que no ejerce en su rol y en lo que se espera de éste, como educar, cuidar a lxs hijxs, puede generar en ellos inseguridad y problemas en su desarrollo en general. b) el modelo social existe y el estrés impuesto, puede desembocar enfrentamiento entre los miembros de la familia, que dañen la convivencia y las relaciones, p.ej: tras una larga jornada laboral, llegas a las tantas a casa, lxs hijxs reclaman tu atención para hacer los deberes, pero estas tan casado y agobiado del trabajo que no tienes ánimo, tu pareja te recrimina que no ayudas a lxs niñxs y, se desencadena una discusión, donde lxs hijxs piensan que han sido el desencadenante.La tensión familiar afecta a todos, adultos y menores.

 hermanos3. Los del marco convivencial: los de los propios hijxs-hermanxs, forman como una minisociedad y están aprendiendo a convivir, cada uno con su personalidad, carácter y temperamento. Esto, puede provocar fácilmente la aparición de celos o envidias que dañen su relación, y que si no se superan, se enquisten y provoquen un empeoramiento. Por ello, es responsabilidad de los padres crear en el hogar un ambiente igualitario. Porque los celos son una manifestación de la insatisfacción personal y una rebeldía ante el beneficio que se observa en el otro o el perjuicio propio. Y la envidia, de larga duración, puede alojarse en la persona como un sentimiento permanente, traduciéndolo en rechazo del otro, deseo de anularlo…

padres-hijos4. Relaciones paterno-filiares: surgidos por choques intergeneracionales y/o patrones disfuncionales. Es normal y natural que los jóvenes discrepen de sus padres y que tengan visiones diferentes de ciertos temas y aspectos, cómo la ropa, los horarios, etc. Pero si  estos enfrentamientos o discusiones no se solventan a través del diálogo, la comprensión y el respeto, pueden dar lugar a problemas mayores.

Según Parra y Oliva (2002), los temas de mayor conflictividad entre padres e hijxs adolescentes con: tareas de casa, tiempo de estudios y notas, hora de regreso a casa, en qué gastan el dinero, forma de vestirse y arreglarse, empleo del tiempo libre, tabaco y alcohol, lugares de salida, amigxs, ligues, drogas, carrera o profesión, política o religión y conducta sexual.

 Fuentes:

– Martínez Gónzales, Mª de Codés., Quintal Díaz, José., Renieblas Alconchel, Ángeles., Riopérez Losada, Nuria. (2005). Aprendo a solucionar conflictos. Estrategias, técnicas y programas. Madrid: Sanz y Torres, S.L

– Instituto Complutense de Mediación y Gestión de Conflictos. Guía: Cómo resolver los conflictos familiares. Madrid: Dirección General de Familia, Comunidad de Madrid.

http://www.psicoapoyoescolar.org

 

 

Diversidad Familiar: conocerla y enseñarla.

Familias 1Una familia diferente. (Sergio Zeni Beni).

Aquella mañana había amanecido con otra luz. Después de varios días grises y lluviosos el sol invitaba a salir, a sentir el viento en la cara, a mirar el mundo con otros ojos.

Así que el pequeño Sebastián y su padre decidieron ir a dar un paseo fuera de la ciudad, buscar un lugar amplio y verde en el que jugar.

El papá, conduciendo, y Sebastián, con su balón sobre las rodillas, iban con la mirada atenta a la carretera.

De pronto, sin saber por qué, Sebastián recordó un comentario que había escuchado el día anterior y que no acababa de entender. Así que trató de aclarar aquello con su padre.

-Papá, ¿qué significa «una familia diferente»?

-¿Una «familia diferente»? Mm…pues, no sé, puede ser muchas cosas. Para nosotros, por ejemplo, una familia en la que el padre es chino, la madre africana y los hijos tienen rasgos del padre y otros de la madre.

-¿Y cómo es esa familia?

-Como cualquier otra. Digamos que es una buena familia. Se quieren mucho, a veces tienen sus problemas, pero siempre tratan de ayudarse…y pongamos que en esa familia a todos les encanta ir juntos al cine a ver películas de aventuras.

Sebastián se quedó un momento pensando, recordando el comentario de aquella persona mayor en el mercado, bastante cotilla, por cierto: «Ya ves, ésos son una familia diferente…»

Cuando el pequeño coche rojo en el que iban, acabó de adelantar a un camión, el pequeño insistió:

-¿Y cómo sería otra «familia diferente»?

-A ver, una en la que hay dos mamás con una hija. Son una buena familia, se quieren mucho, a veces pueden tener sus problemas pero siempre tratan de ayudarse…y a las tres les gusta mucho ir al campo y hacer caminatas con gente amiga hasta que ya casi se pone el sol.

diversidad familiar 2– ¿Y otra «familia diferente»?

-Veamos…Una con dos papás y tres hijos. Son una buena familia, se quieren mucho, a veces tienen sus problemas pero siempre tratan de ayudarse…y, por ejemplo, se lo pasan en grande cada vez que van a la playa, acasa de los abuelos.

-Otra- pidió Sebastián.

-Bueno, una en la que el padre y la madre creen en Dios, pero cada uno cree que ese dios es de una manera distinta.

-¿Y los hijos?

-Pues algo curioso…¡Los hijos ni siquiera están muy convencidos de que  exista ese dios todopoderoso!.Por supuesto, pese a esas diferencias, son una buena familia, se quieren mucho, a veces tienen sus problemas pero siempre tratan de ayudarse…y a todos les gusta ir cada fin de semana al parque del barrio donde coinciden con algunos vecinos.

-Otra, Papá-dijo Sebastián con una sonrisa-.Otra «familia diferente».

-En ésta hay una mamá y una hija. Pero la mamá de pequeña habia sido un niño, ¿sabes?. Un niño que de mayor no quiso ser hombre, quiso ser mujer. Y después de convertirse en mujer, decidió ser mamá. Son una buena familia, ellas se quieren mucho, a veces tienen sus problemas pero siempre tratan de ayudarse…y a las dos les fascina ir a la heladeria a tomar unos helados de fresa y chocolate.

Y así siguieron durante el resto del camino, como si se tratase de un juego. Uno preguntando, el otro respondiendo, iban descubriendo que aquello podía no tener fin. Cada vez encontraban más y más «familias diferentes».

De pronto, Sebastián se quedó callado durante unos  segundo. El coche, que ya era una manchita roja en medio de una gran pradera, subía por un viejo camino sin asfaltar. El niño miraba silencioso cómo los pájaros volaban de unas ramas a otras mientras sonaba de fondo el crushcrumcum de los neumáticos mordisqueando la tierra.

-Y dime, Papá,- soltó por fin- ¿nosotros también somos una «familia diferente»?

-Mm…claro, ¿por que no?. Me imagino que todas las familias tenemos algo que nos diferencia de las demás. Aunque creo que lo más importante es eso que nos hace ser familia, y no tanto aquello que nos hace ser diferentes, ¿no te parece?.

Unos instantes más tarde, el coche se detiene. El sitio se parece bastante a lo que habían estado buscando. Inmediatamente, Sebastían y su papá corren, gritan, se divierten juntos. El balón ya rueda feliz sobre la hierba húmeda.

No muy lejos de allí, otras familias diferentes encuentran la misma alegría. La misma risa bajo el mismo cielo.

 


IRA

Se cuenta que había una vez un niño que siempre estaba malhumorado y de mal genio.Cuando se enfadaba, se dejaba llevar por su ira y decía y hacía cosas que herían a los que tenía cerca. Un día su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que tuviera un ataque de ira clavase un clavo en la puerta de su habitación. El primer día clavó treinta y siete. En el transcurso de las semanas siguientes el número de clavos fue disminuyendo. Poco a poco, fue descubriendo que le era más fácil controlar su ira, que clavar clavos en la puerta de madera maciza. Finalmente, llego el día en que el niño no clavó ningún clavo. Se lo dijo a su padre y éste le sugirió que cada día que no se enojase desclavase uno de los clavos de la puerta.

Pasó el tiempo, y un día, le dijo al padre que ya había quitado todos los clavos. Entonoces, éste cogió la mano al hijo, lo llevo a la puerta de la habitación y le dijo:

– Hijo, lo has hecho muy bien. Pero mira los agujeros que han quedado en la puerta. Cuando una persona se deja llevar por la ira, las palabras dejan cicatrices como éstas. Una herida verbal puede ser tan dolorosa como una herida física. La ira deja señales. ¡No lo olvides nunca!.

Aplícate el Cuento. Escrito por Jaume Soler, M. Mercé Conangla.