Hay personas que tienen miedo al conflicto, o situaciones en las que el conflicto nos da miedo. Y pensamos que la mejor manera de sobrellevarlo, es correr un tupido velo, como si no fuera con nosotros o simplemente como si no pasara nada. ¿Pero esa, es la mejor manera de manejarlo, ignorarlo?, ¿verdaderamente se ignora, o el conflicto pasa a nuestro interior evitando la manifestación exterior?. A lo largo de este post lo iremos viendo.
Como ya es habitual, voy a comenzar con la definición de la RAE sobre «Conflicto»:
(Del lat. conflictus).
1. Combate, lucha, pelea.
2. Enfrentamiento armado.
3. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida.
4. Problema, cuestión, materia de discusión.
5. Psicol. Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.
6. Desus. Momento en que la batalla es más dura y violenta.
7. Colectivo. En las relaciones laborales, el que enfrenta a representantes de los trabajadores y a los empleadores.
Como vemos, todas ellas tienen una connotación negativa. Social y culturalmente, cuando hablamos de conflictos, solemos pensar en negativo, y por tanto tendemos a evitarlo, o huir de esa situación estresante que nos genera malestar. Y es normal, ¿qué referentes tenemos sobre cómo solucionar conflictos?: guerras, peleas, violencia (lo vemos continuamente en los medios de comunicación). Igualmente, cuando vemos que una persona se enzarza en una discusión, la vemos y etiquetamos como «esa persona es conflictiva», «le gusta discutir» y, volvemos a evitar a esa persona y situación. Pero el conflicto sigue ahí, y aún más si tienes que mantener una relación al menos cordial con esa persona.
No nos engañemos, el conflicto es parte de la vida, está presente en cualquier contexto y, no tenemos que considerarlo como algo malo, a evitar. Más bien, lo que tenemos que aprender es a gestionarlo y manejarlo, para verlo como una oportunidad de crecimiento personal y para mejorar la situación o relación. Pero para ello, necesitamos re-aprender. Re-aprender sobre la connotación que tiene en nosotros la palabra «conflicto», como la manera de hacerle frente. Es tan malo reaccionar de forma agresiva y violenta ante un conflicto, como evitarlo.
Es completamente normal, que existan discrepancias y diferentes opiniones entre personas, sobre una misma cuestión (si no la vida sería muy aburrida), pero en estas situaciones complicadas debemos echar mano de la comprensión y de la búsqueda del bien común.
El conflicto lo tenemos con las ideas, palabras o acciones de la otra persona, no con la persona en sí. Hay que despersonalizar el conflicto. ¿ A ti te gustaría que te juzgaran, exclusivamente por ello…?
- ¿Cuáles son las principales formas de hacer frente al conflicto?:
1. Evitador. Técnicas que utiliza: huye, ignora, retrasa la conversación, evita la confrontación mediante estrategias. Es bueno, cuando el tema es trivial, la relación no nos importa, disponemos de poco tiempo o, queremos bloquear al otro. Pero no es bueno, cuando hay que mantener la relación con el otro, ya que el otro no sabe qué es lo que sucede, o si el tema de conflicto realmente es importante. Lo que si incrementa es la carga emocional en ambas partes.
2. Competidor. Técnicas que utiliza: poner de manifiesto que el otro es el equivocado, manifiesta su poder a través de gritos, se burla del otro, consigue aliados fuera del conflicto. Es apropiado en situaciones de emergencia, donde no hay tiempo de dar explicaciones. No es bueno, cuando la situación es trivial, y la razón es simplemente una lucha de poder (yo gano-tu pierdes), y ni siquiera se ha intentado colaborar, no hay empatía ni respeto.
3. Colaborador. Técnicas que utiliza: comprender al otro, buscar alternativas para satisfacer los intereses y las necesidades de ambas partes. Diálogo abierto, hablar desde el yo. Es apropiado cuando los temas son importantes y hay un sentimiento de cooperación. No es apropiado cuando los temas no son importante, no hay disposición a colaborar y las personas no quieren ceder en nada.
4. Acomodador. Técnicas que utiliza: se acuerdan cosas, apacigua al otro, y siempre con un rechazo al diálogo. El objetivo es mantener a toda costa la relación, ceden, callan o evitan. Es aconsejable cuando no te interesa mucho el tema y no quieres bloquear al otro. No es aconsejable, cuando evitar el problema puede conllevar problemas de resentimiento.
5. Conveniador. Técnicas que utiliza: mantenerse en el plano racional, no dar cabida emocional, trata que el conflicto no aumente. Aconsejable cuando es importante llegar a un acuerdo de forma rápida a problemas puntuales. No aconsejable, cuando es necesario encontrar soluciones creativas y cuando los acuerdos a los que se llega no permiten vivir con las consecuencias.
- ¿Qué tipos de conflictos existen?:
Existen diferentes clasificaciones, pero voy a exponer la de Lewicki, ya que creo se ajusta más al desarrollo del artículo:
– Intrapersonal: son los conflictos con uno mismo.
– Interpersonal: son los conflictos entre dos personas.
– Intragrupal: son los conflictos dentro de un grupo pequeño de personas. Ej: la familia
– Intergrupal: son los conflictos entre grupos diferentes de personas. Ej: diferentes familias.
- ¿Cuáles son los principales motivos de conflicto?:
– Diferencias en las metas personales.
– Competitividad, a veces excesiva.
– Malentendidos o formas distintas de ver las cosas.
– Falta de información.
– Fallos en la comunicación interpersonal.
– Falta de cooperación, real o imaginaria.
– Conflictos de personalidad. Los demás no son como uno. Y tenemos cierta dificultad para aceptar a las personas tal como son, sin juzgarlas.
– Problemas con la autoridad.
– Frustraciones individuales.
– Deseo de asumir mayor responsabilidad.
– No querer aceptar responsabilidades.
– Incapacidad para seguir las normas o ceñirse a los planes.
– Desacuerdo en la forma de alcanzar las metas acordadas.
- ¿Cómo podemos manejar los conflictos intrapersonales?:
1. Escuchar atentamente lo que los demás dicen, sin estar pensando en que vas a decir o dar opiniones a la ligera. (Escucha activa)
2. Aceptar las diferencias entre las personas. (no juicios de valor)
3. Ponerse en el lugar del otro. (Empatía)
4. Tomar distancia de nuestra forma de hacer las cosas y conocer mejor a las otras personas y su forma de actuar.
5. Aceptar que las discrepancias y faltas de acuerdo con naturalidad, ya que siempre no será posible un consenso.
6. Favorecer que los demás digan lo que piensan e invitarlos a que lo hagan positivamente, en lugar desde la agresividad.
7. Ver que se puede aprender de la situación conflictiva.
Y para finalizar…,
Aspectos positivos del conflicto:
– Se aprende a reconocer los propios límites, necesidades y derechos ajenos.
– Rompe con la monotonía. Sirve de válvula de escape.
– Saca a la luz diferentes ideas.
– Demuestra interés.
– Detecta diferentes grados de percepción.
– Motiva al cambio (gradual o brusco).
– Ayuda a encontrar soluciones. Generar normas.
Fuentes:
– Aprendo a solucionar conflictos, Estrategias, técnicas y programas. Mª de Codés Martínez González, José Quintanal Díaz, Ángeles Renieblas Alconchel, Nuria Riopérez Losada. Ed: Sanz y Torres, 2005.
– Cómo tratar con personas difíciles. Guía práctica basada en las investigaciones de Úrsula Marka. http://www.inteligencia-emocional.org.
– Autor: Dirección de Mercadeo Corporativo y Relaciones Públicas ICE. Consulte esta colección en: http://www.grupo ice.com. Mandamientos de las relaciones humanas.
– Resolución de conflictos. Claudio Altisen, Dr. Félix E. F. Larocca, Maria Carmen Raga Traducción, corrección y enlace de conceptos: Maria Carmen Raga Valls . Barcelona, Septiembre 2009